Cebolleta
Allium schoenoprasum.
Crece en manojos de varias unidades. Sus hojas tubulares son basales, formando una roseta erecta o dispersa que brota desde los bulbos subterráneos y puede alcanzar los 45 cm de largo; son de color verde oscuro y de superficie glabra. El bulbo alcanza los 3 o 4 cm de largo y está protegido por una capa membranosa.
Entre las hojas se desarrollan también uno o más tallos florales, más erectos y largos que las propias hojas. Carecen por lo general de hojas, aunque pueden poseer un par, caulinas; en su extremo brota una umbela esferoidal, densamente poblada de flores pediceladas. Éstas alcanzan un centímetro de largo, con seis tépalos lanceolados de color rosado o blanco, con una línea púrpura longitudinal que las atraviesa. Tanto las flores como los tallos poseen un distintivo aroma a cebolla procedente de la alicina que contienen.
A la hora de elegirlas, es importante que desprendan un buen aroma. Esta hortaliza está especialmente indicada para elaboraciones en crudo, ya que su sabor es más suave que el de la cebolla. Así, es más adecuada para cualquier tipo de ensalada.